En un divorcio o en una separación, uno de los aspectos más sensibles es todo lo relacionado con los hijos, es decir, su guarda y custodia. Este proceso implica definir con quién vivirán los menores, cómo se organizará su tiempo, qué régimen de visitas tendrá el progenitor no custodio y de qué forma se cubrirán sus necesidades económicas mediante una pensión alimenticia.
El juez, o bien el acuerdo recogido en el convenio regulador, será quien determine la custodia. Para tomar una decisión se valoran factores como la situación laboral de los padres, su estabilidad económica, la residencia, las relaciones previas con los hijos y, sobre todo, el interés superior del menor.
En caso de conflicto, el tribunal decidirá tras escuchar a ambas partes y, si corresponde, a los propios menores cuando tengan más de 12 años o madurez suficiente. Para afrontar este proceso con garantías, contar con un abogado especialista en derecho de familia en Sevilla es clave para defender los derechos de los progenitores y, especialmente, de los hijos.
Existen fundamentalmente dos modelos de custodia en España, aunque cada caso se estudia de forma individual:
A menudo se confunden ambos conceptos, pero no son lo mismo:
Por tanto, aunque un progenitor no tenga la custodia, puede seguir compartiendo la patria potestad y participando en decisiones importantes.
La decisión sobre la custodia siempre busca el interés superior del menor. Para ello se valoran:
El proceso se inicia con la presentación de una demanda de divorcio o medidas de guarda y custodia. Tras la admisión a trámite:
La custodia no es inmutable. Puede modificarse si cambian las circunstancias de manera sustancial y permanente, por ejemplo:
La modificación debe solicitarse judicialmente, acreditando con pruebas los cambios alegados.
El incumplimiento de la custodia, visitas o pensión alimenticia puede dar lugar a procedimientos judiciales de ejecución de sentencia o incluso a responsabilidad penal. Ejemplos comunes son:
En estos supuestos, el juez puede imponer sanciones, multas o modificar las medidas adoptadas en favor del interés de los menores.
A medida que los hijos crecen, los jueces y fiscales suelen otorgar mayor flexibilidad al régimen de custodia. Los adolescentes pueden decidir en cierta medida cómo organizar sus tiempos, siempre dentro de un marco regulado que evite conflictos. Este aspecto se valora especialmente a partir de los 12 años.
Un proceso de custodia requiere conocimiento legal, capacidad de negociación y sensibilidad hacia los intereses de los menores. Un abogado de familia en Sevilla se encarga de:
La guarda y custodia de los hijos es uno de los pilares del derecho de familia. De ella dependen el bienestar de los menores y la estabilidad de las familias tras una separación o divorcio. Por eso, cada decisión debe tomarse con rigor, valorando el interés de los hijos por encima de cualquier otra circunstancia.
Contar con un equipo de abogados especializados en custodia en Sevilla es la mejor garantía para proteger tus derechos y, sobre todo, asegurar un futuro equilibrado para tus hijos. Si necesitas asesoramiento, nuestro despacho está a tu disposición para acompañarte en todo el proceso.